Cuando las hormonas sexuales y del amor de los/as enamorados/as se serenan, qué sucede en el cerebro humano? (1)
*Por Hector Williams Zorrilla
El enamoramiento o enamorarse, activa la producción de una sustancia en el cerebro llamada feniletilamina, la cual obliga a la segregación de la dopamina, o “sustancia u hormona del amor”.
La experiencia psico-emocional y socio-cultural de enamorarse contiene elementos generales, y aspectos personales y de personalidad de las personas que se enamoran.
Pero el manuscrito y la dirección de la película del enamoramiento se originan en nuestros cerebros.
La experiencia y los comportamientos del enamoramiento generalmente se combinan, por un tiempo limitado, con el denominado “cuarteto hormonal de la felicidad” producido por el cerebro. Las siguientes hormonas son componentes del “cuarteto hormonal de la felicidad”: endorfina, serotonina, dopamina y oxitocina.
Una característica central a la liberación por parte del cerebro de todas estas hormonas, es la de que ellas producen en el cuerpo humano una sensación de placer orgásmico, satisfacción, gozo, alegría, y felicidad.
Pero estos estados placenteros hormonales no duran para siempre, y tarde o temprano, más temprano que tarde, la tendencia de esta producción hormonal es a buscar la homeostasis, equilibrio o balance del sistema psico-emocional y biológico/fisiológico del cuerpo humano.
Al enamorarse, la producción de estas hormonas de la felicidad bloquea o inhibe parcialmente la corteza frontal, que es parte del lóbulo frontal del cerebro humano. Y es en esa porción cerebral donde se encuentra el razonamiento y la lógica, que dan origen a las conductas más lógicas y racionales de los seres humanos.
Y eso es exactamente lo sucede cuando el “cuarteto hormonal de la felicidad” de los enamorados empieza a tranquilizarse, serenarse y aquietarse. La corteza frontal o lóbulo frontal del cerebro empieza a prevalecer y a controlar la situación del enamoramiento, de modo que los/as enamorados/as comienzan a ver “las cosas con más claridad”.
*El autor es psicólogo, profesor universitario y escritor
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