(Doris Day)
**Por Hector Williams Zorrilla
El sesgo negativo del cerebro humano está estructurado para percibir el lado negativo de la “realidad” que cada ser humano vive diariamente.
Y eso es así debido a la ley biológica de sobre vivencia humana. En el principio de la humanidad, descuidarse de los peligros que acechaban constantemente podía costar la vida. El cerebro humano se estructuró en base a la seguridad y protección para sobrevivir a los peligros inminentes que rodeaban a los humanos.
A esa estructuración del cerebro, las neurociencias le denominan “el sesgo negativo del cerebro humano”. Es decir, que la tendencia natural del cerebro humano es a pensar siempre en lo peor, en lo negativo que acecha y amenaza la vida, como una forma de proteger la vida. En el principio de la humanidad esa actitud era positiva.
En las mayorías de las sociedades modernas y civilizadas de hoy el “sesgo negativo del cerebro humano” no es necesario. Los ciudadanos en la mayor parte del globo terráqueo realmente civilizado, no necesitan que sus cerebros estén siempre en “pilotos automáticos para protegerse” porque su sobre vivencia está amenazada.
Por lo tanto, un aprendizaje muy importante para los ciudadanos del mundo moderno y civilizado de hoy, es aprender a cambiar “el sesgo negativo” de sus cerebros por un “sesgo cerebral positivo”.
La buena noticia: este cambio/aprendizaje en el sesgo cerebral de los humanos es posible. Las neurociencias tienen ya los conocimientos, las estrategias y los métodos que se necesitan implementar para lograrlo.
Si tú estás dispuesto a empezar el trayecto de este aprendizaje maravilloso, comienza con la gratitud.
Comienza hoy mismo a ver “el vaso medio lleno” en cada situación que se te presente en la vida.
Si solo tienes limones, puedes hacer una limonada.
Puedes agradecer algo bueno que esté sucediendo en tu vida en lugar de quejarte por lo malo que acontezca.
Puedes bendecir a alguien en vez de criticarlo.
Puedes alegrarte por el bien de alguien y desearle lo mejor.
Puedes desearle parabienes a tus familiares que no te visitan.
La mejor noticia: cuando tú te enfocas en los aspectos positivos de tu vida, estás cambiando las estructuras de las conexiones neurales de tu cerebro. Es decir, que al hacer esto, paso a paso, poco a poco, tú estás cambiando “el sesgo negativo” de tu cerebro por un “sesgo de positividad” cerebral.
Y este cambio/aprendizaje mágico y maravilloso está sucediendo en las billones de conexiones neuronales de tu cerebro.
Es por eso que, “la gratitud es riqueza, mientras que la queja es pobreza…”
**El autor es psicólogo, profesor universitario y escritor
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