Por Hector Williams Zorrilla, psicólogo y profesor universitario
Para la psicología 101 no existe tal cosa como una “vida insignificante”, y que no posea valor intrínseco inmanente y trascendente.
La verdad expuesta en el párrafo anterior sigue teniendo valor psico-sociológico y cultural, sin que importe cuándo usted crea que su vida física empezó realmente. Si usted cree que su vida física empozó cuando el óvulo y el espermatozoide de sus padres se unieron y la fecundación suya sucedió, o que ese hecho solo dio origen a su vida física, pero que usted ya existía antes de ese acontecimiento, su vida física posee valor inmanente y trascendente y propósito, a pesar de lo que usted crea sobre su origen.
Toda forma de vida es significativa y valiosa por sí misma. Y es además, una forma milagrosa y mágica de contribuir y colaborar con el ciclo y el círculo de la vida en todo el universo.
La vida suya, lector que lee este corto escrito, es una vida humana porque usted pertenece a la humanidad. Y su vida es un componente vital y esencial al ciclo y al círculo de la vida en todo el universo.
Su vida es significativa y valiosa aunque sus propios pensamientos en ocasiones le susurren que no lo es. Sus pensamientos son elementos intrínsecos de vida física, y cómo tales, son sus amigos y compañeros de trayecto.
Su vida lector, es significativa y valiosa, aunque sus estados afectivos, es decir, sus propias emociones y sentimientos, a veces le hagan sentir que no lo es. Sus sentimientos y emociones son expresiones vitales de su vida física, por lo tanto, son sus amigas y compañeras de trayecto.
Su vida sigue siendo significativa y valiosa aunque usted no conozca a sus padres biológicos, o usted haya sido adoptado/a, o usted haya recibo alguna de las formas del maltratado infantil, como son el abuso y la negligencia, o usted haya nacido en la pobreza, o que ninguna o pocas personas aprecien y valoren su existencia en el globo terráqueo. Ninguno de esos hechos o acontecimientos “trágicos” le resta valor al hecho de que su vida física es significativa y valiosa por sí misma.
Su vida física es valiosa, y no existen condiciones psico-sociológicas y culturales que invalidan su significado y su valor intrínseco. No existen situaciones, circunstancias, ni personas, que posean el poder de restarle valor y significado a su vida.
Su vida es significativa y valiosa porque sí, porque simplemente lo es intrínsecamente. Y nadie ni nada posee el poder de quitarle el significado y el valor intrínseco que ella posee por sí misma.
Si usted ha sufrido o sufre de depresión, los síntomas depresivos pueden hacerle sentir temporalmente que su vida no es significativa y valiosa. Pero usted puede controlar, y hasta curar y sanar sus síntomas depresivos, porque la depresión es tratable y curable hoy día. El valor y el significado de su vida física supera y trasciende los síntomas transitorios de una depresión.
El siguiente es el asunto importante en el cual usted tiene que enfocar el hecho mágico, milagroso, y maravilloso de estar vivo ahora.
Usted nació, es decir, le fue regalada una vida, como un acto mágico, milagroso, y maravilloso realizado por (usted completa esta parte de acuerdo a sus propias creencias), con el propósito de llegar a la tierra prometida.
El significado y el valor intrínseco de su vida se encuentra en esa verdad irrefutable: su vida tiene propósito y se dirige a la tierra prometida, es decir, el estado de nirvana, el paraíso, la felicidad plena, el cielo infinito y eterno, la inmaterialidad, la no fisicalidad, la trascendencia espiritual, la Resurrección del cuerpo, la transposición a la eternidad… todas las culturas poseen una meta-teología para explicar los ideales y las creencias trascendentes e Inmanentes de la esencia humana de la vida.
Y aquí está la metáfora de la otra verdad irrefutable: el desierto se encuentra inevitablemente en el tránsito hacia la tierra prometida, cualquiera que sea el significado meta-teológico de sus creencias.
En otras palabras, para que se entienda la metáfora correctamente, usted no puede poseer y disfrutar de una vida significativa, valiosa y con propósito pleno, sin que ella esté transitando por el desierto hacia la tierra prometida. Es decir, su vida no existe en un vacío existencial.
Las vidas que se pretenden vivir sin transitar el desierto hacia la tierra prometida, son vidas aburridas, insignificantes y no valiosas temporalmente, y por lo general, repletas de desganos, vacíos existenciales, síntomas depresivos históricos no tratados, y desconectadas del sentido valioso de la felicidad.
Y ser feliz es componente esencial al propósito intrínseco de la vida. Parafraseando un dicho popular: sin felicidad no hay paraíso, es decir, la expresión de la felicidad es intrínseca y vital a vivir una vida con propósito. Y una vida sin propósito inmanente y trascendente, en realidad no puede existir, porque es un contrasentido.
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