Psicología 101: Aprender a poner barreras o límites, es quizás la destreza más importante para establecer relaciones e interacciones humanas saludables…
Psicología 101: Aprender a poner BARRERAS o LIMITES, es quizás la destreza más importante para desarrollar relaciones humanas saludables - la salud de tus límites es del tamaño de la salud de tu autoestima -
Por Hector Williams Zorrilla, psicólogo profesor universitario
Es la responsabilidad de los padres, los cuidadores, la escuela, y la comunidad en general, enseñar a los/as niños/as desde la infancia cómo establecer y poner límites o barreras en todas y cada una de sus relaciones e interacciones humanas.
Existen diversos y diferentes tipos de límites y barreras que afectan cada una de las relaciones e interacciones humanas. Todo y cada ser humano debe aprender a establecer y poner en práctica límites, ya que ellos son las habilidades que permiten establecer relaciones e interacciones humanas saludables.
Veamos algunos tipos importantes de límites o barreras que contribuyen a que nuestras relaciones e interacciones humanas sean más saludables y satisfactorias.
Primero, los límites o barreras físicos que se refieren al cuerpo humano. Estos límites nos permiten proteger nuestros cuerpos de toques, masajes y estimulaciones inapropiadas que nosotros NO deseamos aceptar y recibir. Estas áreas de los límites son extremadamente importantes en la niñez y en la vida adulta. Estos límites físicos nos ayudan a protegernos contra abusos y maltratos físicos, incluyendo los abusos sexuales.
Segundo, los límites emocionales y psicológicos que se refieren al maltrato de nuestras emociones y sentimientos. Estos límites nos permiten cuidar y proteger a nuestras emociones y sentimientos de personas y/o situaciones que pretendan herirnos y dañarnos estas partes más íntimas de nuestro ser. Cuando aprendemos a establecer y cuidar nuestros límites emocionales y psicológicos, sabremos aceptar y establecer relaciones románticas, amistosas, familiares, profesionales y de trabajo qye sea saludables y satisfactorias para nosotros, no dañinas y tóxicas.
Tercero, los límites verbales que se refieren a saber cuándo alguien está utilizando palabras y/o lenguajes inaceptables para nosotros. En palabras más llanas, saber decir NO sin culpas, miedo ni vergüenza cuando la respuesta es un NO, y además, no aceptar abusos verbales en ninguna de nuestras relaciones e interacciones personales y sociales con otras personas.
Si por ensayo y error, una persona adulta se da cuenta que NO ha aprendido a establecer límites saludables, es su tarea inevitable empezar de inmediato este aprendizaje, porque esta destreza es indispensable para relacionarse sana y satisfactoriamente con los demás durante la vida adulta. Esta destreza impide que las personas transiten por la vida “siendo víctimas” de establecer y permanecer en relaciones abusivas y tóxicas.
Tenemos que tener en cuenta que al final, “una persona no es víctima de nadie. Es solo una cómplice de lo que le permite a otra persona que le haga (en su cuerpo, mente o emociones)...”
En las relaciones humanas saludables, ninguna persona saludable y feliz le agrada y satisface realmente relacionarse, ni aún románticamente, con otra persona que siempre se relaciona con la otra persona como una víctima. Los familiares y los amigos verdaderos podrían aceptar estas relaciones a “regañadientes” debido a que quizás no tienen otra alternativa. Pero los humanos emocionalmente sanos, perciben este tipo de relaciones humanas basadas en “tenerle lástima” a la otra persona, no como una relación de amor, en la cual se ama a la otra persona como un ser pleno y digno de amor y respeto, sino, como una relación desventajosa e insatisfactoria. Las relaciones amorosas “por lástima” no son relaciones de amor, porque amar no implica tenerle lástima a la persona que se ama.
Cuando una persona no establece límites saludables al relacionarnos con los demás, NO está respetando, aceptando, valorando y amando todo lo que ella es como ser único. Y al final, amarse, respetarse y valorarse a sí misma como un ser único, es el mejor REGALO que una persona puede ofrecerse y darse en su diario vivir.
“No somos víctimas. Somos cómplices de todo lo que permitimos que lo demás hagan con nuestros cuerpos, nuestras mentes y nuestras emociones...”
Los/as niños/as indefensos/as son víctimas, los adultos con suficiente CI (coeficiente intelectual) y CE (coeficiente emocional), son CÓMPLICES de situaciones y/o circunstancias que permiten cediendo a otros su PODER de decisión para elegir.
El aprendizaje y la aplicación de límites en sus relaciones humanas, es el camino más claro hacia la libertad psico-emocional y socio-cultural que cada ser humano puede empezar a transitar.
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